Calidad y precio

25 de febrero de 2015

Llevaba un tiempo con ganas de escribir sobre la calidad de los trabajos técnicos que se realizan hoy en día y la relación que existen con aquellos profesionales que “mal venden” nuestra labor.

Pero esa motivación se me ha visto multiplicada este martes después de asistir a un evento organizado por el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Granada. Hago aquí un inciso para agradecer el esfuerzo que realizar el COAAT por ejercer la labor de formar e informar a sus colegiados. Siguiendo ese programa de formación, cada cierto tiempo el Colegio organiza un desayuno en el espacio Worclub, donde se intercambian impresiones con compañeros especializados en diversos temas.

Pues el Worclub de esta semana, estaba orientado a la interpretación de las ordenanza municipal de licencias, la cual fue impartida por dos técnicos del ayuntamiento.

El desayuno iba encaminado en describir las diferencias existentes entre licencias, memorias técnicas, declaraciones responsables,… y sobre todo, en que momento es necesario solicitar una u otra, atendiendo a la actual modificación de la normativa.

Uno de los técnicos ponentes hizo especial hincapié a la baja calidad de las memorias técnicas que se depositan últimamente en la gerencia de urbanismo. En resumidas cuentas, según criterio del técnico municipal, este descenso del nivel es consecuencia de la baja dedicación del técnico firmante en la ejecución del mismo, transcribiendo memorias de trabajos similares, además de no justificar ni normativas, ni soluciones adoptadas.

 

 ¿Por qué existe este descenso en la calidad?

Este descenso de la calidad considero que viene motivado por dos factores claves: la realidad actual de la profesión y el nivel de formación.

El principal de ellos, es el de la situación actual del sector. Sea cual sea el estado actual de nuestra profesión, que creo que es necesario más de un post para reflexionarlo, viene motivada por la galopante, asfixiante y duradera crisis, que derribó los pilares de lo que anteriormente era la Arquitectura Técnica.

Debido a nuestra nueva realidad, todos los profesionales, especializados o no, se tiran a la búsqueda del trabajo existente ahora mismo. Y en muchos casos sin procesos de reciclaje.

El segundo motivo es el nivel actual del técnico que sale de la escuela, y no sólo que sale, sino que entra en la misma. Hoy en día, las antiguas EUAT, son las modernas Magisterio, Derecho,… es decir, carreras donde las notas de acceso son bajas, dando lugar a que no sólo sea la vocación lo que lleve a sus aulas.

Aún guardo relación con muchos profesores, y todos tienen una queja común, hoy en día el estudiante llega con un nivel tan bajo, que a veces no se puede avanzar más. Sin más, la semana pasada, cierto profesor de materiales de construcción me comentaba que tuvo que ponerse en clase a explicar cómo calcular densidades y volúmenes.

Que conste, que no quiero tirarme piedras a mi propio tejado, yo soy un Arquitecto Técnico, que pasó por esa EUAT, que vivió esa otra realidad de la profesión y que he tenido que tirarme a la calle a buscar el trabajo que existe hoy en día. Pero que además, me he reciclado, he aprendido a realizar nuevas actividades, nuevos trabajos.

 

¿Cómo se puede combatir ese descenso de calidad?

Es aquí, por el bien del técnico que desarrolla su profesión de manera correcta y acorde a la normativa, donde los Colegios Profesionales deben estar presentes de manera más eficaz. Actuando de criba, haciendo que el Visado Profesional sea algo más que un mero trámite administrativo, que sea un Sello de Calidad.

Además, la administración debe junto a los propios Colegios Profesionales ser garante de la fiabilidad técnica del trabajo que se deposita por parte del profesional. Por dos motivos principales, una por prevención, cualquier fallo en un trabajo técnico puede ocasionar graves consecuencias a propios y a terceros, y en segundo lugar para asegurar los derechos de los consumidores.

 

¿Dónde está la relación calidad – precio?

Estos dos factores anteriores, pueden explicar el descenso de la calidad, pero ¿qué relación tienen con los trabajos baratos? Pues creo que es simple, sólo desconociendo en que consiste un trabajo, puedes infravalorarlo. Si un “compañero” en una tarde, por medio del ctrl+c y ctrl+v, realiza una memoria, no le importa que le paguen por ella. Si ese mismo compañero, hace un Certificado Energético, usando valores por defecto en 20 minutos, no le importa cobrar 50 €.

 

En el proceso de cambio actual que vive la sociedad, está en nuestras manos ser un profesional necesario o no.

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